Destellos del sol en la ciudad
Vivir en el trópico significa amar los días de lluvia tanto como los de sol, y es que con la llegada de abril empieza nuestra pseudo primavera. Los jardines recobran el verdor que les hace únicos, las flores despliegan sus colores y las gotas –en ocasiones trozos de hielo- llegan todas las tardes de forma puntual para refrescar. Ser fan de las tardes grises con una taza de té, no significa dejar de esperar con ansias los momentos en los que el día brilla con todo su esplendor. Yo...